El tahur de Sinaloa: Se la jugó y ganó en Los Angeles!

Sinmurosnewscalifornia

Por Jose Romero Mata.- Un emocionado y orgulloso, el sinaloense Edgardo M. se describe sin mayor recato como: “Un Tahúr Profesional”.

El hombre de 58 abordó mi unidad y de inmediato hicimos click tanto que rápidamente empezó la presunción.

“Soy el mejor de los mexicanos de por acá. De los mexicanos que han hecho carrera, en las cartas somos pocos, pero yo ya me gané mi respeto”, remata quien asegura que es ya conocido como el “tahúr de Sinaloa”.

“La vida me puso en este camino y desde joven me gustó el pókar, señaló quien tiene un tic de acariciar y peinar tanto cejas como bigote. Desde que estaba en mi tierra pude desarrollar esa capacidad de contar las cartas; de prever las que vienen y si conviene seguir, de ser agresivo y hasta saber retirarse a tiempo en la jugada”, detalló así en parte la clave de su éxito en el juego mientras inflaba el pecho con sobrado orgullo, al tiempo que confirmaba la orden de ir a su casa a la ciudad de La Puente, al Este de Los Ángeles.

A Edgardo se le recogió poco después de la una de la tarde, después de haber empezado a jugar desde las cinco de la tarde del día anterior y en donde se jugó naipes sin descanso y con ritmo trasnochador, en una zona residencial de Montebello. 

“Por culpa de la pandemia nos cerraron por varios meses los casinos que es donde tengo ganado mi prestigio. No necesito ir a Las Vegas, con moverme en los casinos de Los Ángeles ha sido más que suficiente”, señaló sobre lo que es un entretenimiento y un deporte para muchas personas ávidas de cambiar la vida de un momento a otro por los juegos de azar, pero con una capacidad digna de una película de Hollywood.

“Con la pandemia, los que nos conocemos por muchos años y que hacemos apuestas por grandes sumas, empezamos a tener reuniones de alguna manera clandestinas. Es decir, en una casa particular se nos citaba a jugar y los que ya sabíamos, pues ahí andábamos”, explicó quien dice radicar en California desde hace más de 30 años y donde siempre ha jugado a las cartas, aunque también tuvo trabajos secundarios y complementarios.

“Cuando jugámos no son apuestas pequeñas. La primera apuesta se empieza con diez mil o 20 mil dólares, y con eso hablo de cómo es la jugada y hay quien se anima a apostar hasta más, pero eso ya es de cada quien”, aclaró.

“Hay muchos muy picados. Hay muchos que han perdido grandes sumas o hasta han perdido todo. Hay muchos que somos como José Alfredo Jiménez que se encerraba por días en las cantinas. Así muchos de nosotros nos la pasamos jugando y tenemos aguante, pero ya por la edad se me empieza a cansar la burra de la vida”, se quejó.

El tahúr, quien aseguró que hay muy pocos mexicanos como él en Estados Unidos y con su capacidad, contó que en una noche logró ganar cien mil dólares. 

“Ese fue mi mejor logro. Mi mayor derrota fue cuando en otra ocasión perdí poco más de 30 mil dólares. De manera afortunada soy de cabeza fría y me se retirar cuando hay una mala noche, así que cuando hay pérdidas, me voy, y sé cuándo es el momento”, recordó

Entre sus rivales, compartió que hay de todo tipo raza y nacionalidad: Empresarios, empleados públicos, comerciantes y gente aficionada de hueso colorado y con mucho dinero. 

“Pero no haces amistad porque todos sabemos a lo que vamos y es a jugar en grandes sumas. No hay amistad que aquí valga”, acotó.

El tahúr profesional contó que su madre, originaria de Culiacán, al principio se oponía a que se dedicara sólo a eso y que mejor se pusiera a trabajar como toda la gente. 

“Desde muy joven sabía que este era mi oficio y mi arte. Lo he desarrollado de tal forma que sé cuándo voy a ganar cómo puedo enfrentar los rivales y cómo puedo sacar mayores ventajas. Mi madre siempre se enojaba, pero en los últimos años, cuando vio todo lo que he ganado, ya no se enoja. Ahora vemos que uno de mis hijos me está siguiendo los pasos para también ser un tahúr profesional y ¡salió tan bueno como su padre!”, expresó.

Confesó que gracias a lo que ha ganado como tahúr, tiene dos casas en Los Ángeles, un rancho en Hesperia (una zona rural a unos 100 kilómetros al noreste de Los Ángeles) y dos camionetas.

“Además, logré pagar la carrera de mis dos hijos, una se decidió por enfermería. Mi esposa y mis hijos desde hace ya varios años están muele y muele que ya me retire, y ya lo estoy pensando seriamente”, dijo.

Yo incrédulo, pero emocionado por su historia, poco a poco le dí confianza para que siguiera contándome sus experiencias.

Ni se inmutó cuando le dije: La verdad, no le creo, me suena como algo muy fantasioso, pero mi intención era la de sacar más datos.

“Hoy en unas horas gané más de 30 mil dólares”, sentenció.

De sopetón le insistí: No sea malo y déjeme tomar una foto, sin que se vea su cara, del dinero que hoy ganó,  a ver si es cierto. Acto seguido, de su chamarra sacó un fajo de puros billetes todos de cien dólares, enrollados en una liga y la verdad que sí era mucho. 

Me dejó frío y pensando, no sólo por lo que ganó sino, por lo que me dije a mí mismo, ?qué habría pasado si un pasajero hace lo mismo en un taxi de la Ciudad de México o de otra ciudad con alto índice de delincuencia?.

“Con lo ganado en las cartas tengo mi troca y otro vehículo. Vivo feliz y soy feliz con lo que hago, así que no me arrepiento. Me ha ido muy bien y ya son varias noches que me está yendo mucho mejor. Pero por ahora solo quiero descansar. No consumo drogas y solo tomo algo de alcohol para aguantar la noche, pero no me considero un alcohólico. Sólo tomo lo necesario para la inspiración, finalizó el tahúr profesional de Sinaloa no sin antes asegurar que en efecto ya está jugando las últimas cartas de su vida.

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